Pensamiento latino vs sajón en gastronomía

Ni uno ni otro

Me encuentro en cocinas hermosas donde, los cocineros, cocinan a puño, esto quiere decir donde su puño es la unidad de medida de esa mente latina, que no se queda quieta que es disruptiva, todo el tiempo debe estar quebrando limites. En otro lado, me encuentro con la cocina de la balanza, esa cocina que ordena, y puede ser sustentable en el tiempo, de un emprendimiento gastronómico y comercial.

He aquí,  el primer problema de este pensamiento, que quiero ser, quien quiero ser, y donde quiero serlo, en notas anteriores peleaba conmigo mismo, entre el placer de comer un pollo de campo y el placer de comprar un pollo ya listo para una gestión gastronómica, sustentable gastronómicamente, y aquí otra vez la misma respuesta quien quiero ser.

A veces en la vida, queremos ser deportistas, queremos ser historiadores; pero no nos ejercitamos, ni leemos. Queremos ser, o anhelamos ser cosas que no propiciamos día a día. Durante años se debatió en mi mente, como proceder en las cocinas, y hoy para frustración de los que leen esta nota es que no la tengo.

Pero si les puedo compartir, que seamos consecuentes con la forma de vida y el emprendimiento que hayamos elegido realizar.

Hoy quiero remarcar la convivencia de una conciencia latina y una conciencia sajona, siendo psiquis diferentes y talladas por diferentes guías.

Encontrar en la mentalidad latina, un temple disruptivo desvariado, sensible al humor. Y poder, por otro lado, retener la exactitud sajona, la precisión, la continuidad en el tiempo; que hacen que dicha psiquis permanezca en armonía durante más tiempo.

Este es el desarrollo disruptivo, que nos llevan a la convivencia de lo exacto e inexacto, conviviendo en una misma receta.

Me gusta encontrar de manera sajona, la misma porción de salmón todos los días, pero disfruto de sorprenderme con la irreverencia de una presentación de un plato diferente cada día; con aquellos condimentos, que vibran más un día que otro.

La búsqueda de un equilibrio en estas dos mentalidades, es similar a la búsqueda de una utopía. Se desbalancea todo el tiempo por el propio peso de su incongruencia.

No puedo de dejar de pelar entre comer y disfrutar de un restaurante que vibra todo el día a la exactitud de una operación gastronómica suiza.

Es importante definir en qué parte de nuestro restaurante actuaremos como latinos y en que parte de nuestro restaurante actuaremos como sajones.

Esa delicada línea tallara el éxito de nuestro restaurante.