El gastronómico inteligente

El Gastronómico Inteligente

Quien soy yo para hablar de inteligencia.

No hay facultad ni curso que de un título sobre inteligencia.

Dicen las definiciones de inteligencia algo más o menos así:

Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”.

Me atrevo a hablar de esta virtud porque a pesar de no ser inteligente, me han reconocido con la habilidad de reconocerla a terceros y ayudar a una gastronomía inteligente. Todo esto sin ser inteligente.
Curioso fenómeno que alguien quizás estudie en alguna universidad del primer mundo.

 Reconozco a los gastronómicos inteligentes cuando pueden hacer de su pasión algo eficiente. Muchas veces la pasión nos conduce a la ineficiencia. Es más la pasión es apasionada de la ineficiencia.

Muchas veces creamos ese plato, ese menú, ese restaurante que surge de la pasión pero que luego no es operativo, es costoso, es ineficiente. Y eso nos lleva a una frustración, a una pérdida económica, de tiempo y de energía.

Por ello un plato se piensa desde el deseo y se le da valor desde la eficiencia. Que ingredientes necesito, como van a entrar a mi restaurante, como los voy a controlar, como será el proceso productivo de cada uno, como los guardare (en frió, en que recipiente, de a qué cantidad), quien lo procesara, cuál será su costo, cuál será su precio de venta… y muchas preguntas más.

Por ello cuando ese deseo Freudiano, esa pasión se puede hacer eficiente, allí reconozco la inteligencia Gastronómica.

En muchas oportunidades discutimos con mis clientes ya que no somos capaces de dar muchas de las respuestas anteriores, y allí en ese vacío de respuestas aparece el Gastronómico NO inteligente.

El gastronómico Inteligente, no agrega un plato en el menú sin tener respuestas a no menos de 20 preguntas.

La gastronomía eficiente es consecuencia de entender, razonar y tomar decisiones sobre la realidad que observamos en nuestra operación.

Son lindos los caprichos, yo tengo caprichos, fomento los caprichos. Pero hay que saber el precio de los mismos.

La gastronomía inteligente se equivoca, y erra muchísimo pero siempre amparada en la base de análisis y pruebas.

La gastronomía cuando es solo intuitiva, proveniente del deseo y sin análisis inteligente conduce a errores que significan perdida de energía, tiempo y por ende dinero.

Me gusta reconocer en un gastronómico que en la primera semana de invierno piensa en el menú de la primavera sin olvidarse de hacer efectivo en el menú de invierno todo lo que pensó y diagramo en el otoño.
Cuando cada plato sale igual al que se desarrollo en el banco de pruebas, incluso cuando lo hacen diferentes personas en diferentes lugares.

Es hermoso ver que cada materia prima fue tratada con el mismo respeto de la propia naturaleza. Esto hace que los platos sean inteligentes, que se les pueda reconocer eficacia con calidad.

Hay que encontrar el concepto de calidad desde la elección del producto, la entrada al restaurante, el procesamiento  y la llegada hasta el comensal.

Un Gastronómico Inteligente nunca olvida su misión:

Alimentar de la mejor manera posible en el lugar del planeta tierra que le toque hacerlo.

Los dejo y me voy a la parrillita de General Rodríguez a comer un sándwich de cuadril jugoso en una pequeña barra al paso inteligente y eficiente.

Si te sirvió compártelo con tu chef, con tu gerente. Con compras, con ventas, con tus mozos, con tu colega gastronómico, NO SEAS EGOISTA.
Si no te sirvió podes vos generar algo que si sirva al otro. De esta manera algo que aparentemente no sirve, toma sentido para iniciar o emprender algo.

DISFRUTA DE LA GASTRONOMÍA - Luciano López Fuente
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